Trading Gonza, Licenciado en Ciencias de la Comunicación, trabaja desde hace 15 años en la banca financiera. Comenzó a operar los mercados financieros hace seis años y su sistema se basa en la combinación de la Teoría de Elliott y el Análisis del Precio y Volumen. Opera con acciones y bonos del mercado de su tierra natal, Argentina, y también del mercado estadounidense.
Román Gubern, escritor español y experto en artes audiovisuales, nos dice en “Historia de Cine” (1969):
“Del encuentro de la máquina con la cultura nace la difusión masiva a gran escala rompiendo con el principio de Arte destinado al disfrute de una minoría privilegiada. La imprenta de Gutenberg, que consumó la primera alianza histórica entre maquina y cultura, ha permitido desarrollar la civilización de la palabra. En otra vertiente, la litografía, la fotografía, el fotograbado y el cine ensancharon el horizonte visual del hombre con su técnica difusora, al tiempo que evidenciaban la limitada significación social de la pintura tradicional y creaba una civilización de imágenes, para las masas. Junto con la televisión, son elementos decisivos en el proceso de democratización de la cultura visual.”
Los mercados financieros sufrieron una tremenda transformación en el año 2009 gracias a Dan Spivey quién se percató de las posibilidades de arbitraje que existían entre distintos mercados. Es así como financió la construcción de un cable subterráneo cubierto por un tubo de plástico duro y negro que conectaría los mercados de Chicago y New York. De esta forma se disminuyó profundamente la latencia (la respuesta a una orden desde que damos click), facilitando el acceso a los mercados financieros de millones de personas a lo largo del mundo gracias a la utilización de un ordenador.
Es así como en un primer acercamiento solemos toparnos con el análisis técnico, entendido como el estudio del precio, volumen y tiempo de un activo volcado en un gráfico, ya se de velas, barras, líneas, etc. Si bien puede parecer una definición un tanto superficial, entendamos que la masificación del análisis técnico solo pudo ser posible gracias a la conjunción de dos revoluciones precedentes: la visual y la tecnológica.
Cuando se empieza a estudiar análisis técnico lo primero que se suele aprender son los patrones, es decir, figuras que a partir de su configuración, presumen la probabilidad de continuar o no con la tendencia. Se aprenden las reglas, condiciones que deben cumplirse, como calcular objetivos en caso que se cumpla dicho patrón, etc.
Sin embargo, luego de horas de estudio, decidimos adentrarnos en un gráfico para intentar detectar figuras que, a priori, creemos haber internalizado. Y en ese momento se empiezan a materializar los primeros inconvenientes. Identificamos estructuras que aprendimos de memoria sin comprender el desarrollo previo del precio y volumen, es decir, sin estudiar el contexto precedente.
Este comportamiento no es una crítica, no creo tener la jerarquía para hacerlo. Simplemente, a través de estas líneas, se intenta explicar como suelen ser los primeros pasos que da un analista técnico de mercados financieros.
Es absolutamente entendible que nos sintamos atraídos por estas figuras como doble techo, hombro cabeza hombro, bandera, banderín, etc. dado que, como intentamos explicarlo en un principio, ante todo somos seres que abordamos el mundo a través de lo visual.
Para ejemplificar lo dicho hasta aquí tomemos la figura triangular de continuación, seguramente debe ser el patrón más sencillo de identificar, pero al mismo tiempo el que menor tasa de cumplimiento arroja. Trazo dos líneas convergentes en el gráfico, observo el comportamiento del volumen y etiqueto esperando un posible rompimiento a favor de la tendencia, ya se para comprar o vender. El mercado desarrolla y nos llevamos las primeras desilusiones al ver que el resultado no fue a nuestro favor.
Aquí podemos aprovechar para aprender una de las primeras lecciones: El mercado construye y destruye estructuras constantemente por un único motivo: operaciones entre compradores y vendedores, independientemente de su naturaleza, ya sean scalpers, algo traders, arbitradores, etc.
Los resultados de dichas interacciones son las que originan los patrones técnicos por eso es menester entender el contexto, es decir, cuales son las condiciones que desatan su conformación. Por ejemplo, un soporte, doble / triple piso se forma porque hay, en determinado nivel de precio, órdenes de compra limitada que impiden la caída del mismo, independientemente de cuales son los motivos que impulsan la demanda.
Volvamos al ejemplo del triángulo. Estos “se desarrollan” cuando el movimiento tendencial ha ido demasiado lejos. Existe un claro dominador, digamos que en este caso son los compradores, el precio intenta crear valor, es decir, los vendedores buscan frenar la subida del precio y construir intervalos para valorizar nuevamente intenciones, equilibrar e intercambiar stocks. Sin embargo, este intento fracasa una y otra vez, por ende, el precio continua su sendero alcista.
Para aquellos que saben Elliott, nos referimos al final de una Onda III, el desarrollo de una Onda IV en forma de triángulo y finalmente el inicio de Onda V.
Con lo leído hasta aquí, vale preguntarse: ¿Qué nos importa más, comprender conceptualmente como se desarrolla el precio o simplemente tomar un gráfico e identificar cualquier patrón al azar? En síntesis, es un ejemplo similar a estudiar internalizando conocimientos y argumentos o estudiar de memoria repitiendo lo mismo una y otra vez. El éxito no lo vamos a tener asegurado jamás, menos en los mercados financieros, por eso lo más importante es tomar acciones para mitigar el riesgo, pero sin dudas, estudiar el fundamento del desarrollo del precio nos va a brindar adaptabilidad y cuestionamiento.
No solo debemos tener en cuenta el contexto, sino que además debemos intentar “no predecir” lo que puede ocurrir porque, de hecho, puedo tener en cuenta todos estos aspectos, el mercado efectivamente comienza a desarrollar una figura triangular como vimos y deshacerla en cualquier momento. Aquí es donde toma relevancia la probabilidad, la administración del riesgo y la negación del santo grial, entendido como aquel sistema que nos garantizará el éxito en cada operación.
Para finalizar, aclarar que el análisis “fundamentalmente” técnico no intenta adivinar el futuro, sino operar con la mayor probabilidad a favor en función de las condiciones que esperemos que se desarrollen y, sobre todo, darle un marco de compresión y profundidad a la interacción entre participantes: compradores y vendedores. En definitiva, sin estos, no existiría el Mercado.